Ya no hay excusas, ni siquiera para los perezosos. Para estimular la musculatura en profundidad y reencontrar un completo bienestar no sirven entrenamientos fatigosos, ya que bastan pequeños movimientos lentos, precisos y a veces casi imperceptibles: es la filosofía de la anti gimnasia, un método inteligente y respetuoso del cuerpo ideado por la fisioterapeuta francesa Thérèse Bertherat y de nuevo en el centro de atención en tiempos recientes. No hace sudar, no requiere esfuerzos o acrobacias y al acabar ninguno sale con los huesos rotos. Poniendo de acuerdo pereza y wellness, una disciplina a la altura de todos que hace bien al cuerpo, la mente y a la autoestima. Se puede practicar en centros especializados o en casa, obviamente después de aprender bien la técnica.
LA FORMA FÍSICA REFLEJA EL ALMA. ESCUCHEMOS A LAS EMOCIONES.
Cada sesión de anti gimnasia empieza con una especie de test, que permite “percibir” el cuerpo a través de las diversas sensaciones de confort, malestar, dolor y rigidez. En esencia, asumimos una posición inicial (por ejemplo sentados con la piernas dobladas y la espalda recta) que por lo general requiere que el cuerpo se sostenga, retorcerse y deformarse para poderla mantener: así se alzan los hombros, se adelanta la cabeza, la espalda se curva, se bloquea la respiración, se cae hacia atrás. .. A este punto, se pide un movimiento específico ( como “alargar” hacia arriba la columna vertebral) y aparece claro que el físico no obedece las órdenes del cerebro. Pero ¿por qué? La musculatura tiene memoria de todos los sucesos (conscientes e inconscientes) de la vida y, en función de los mismos, altera la propia forma y funcionalidad. Es por eso entonces, por culpa de miedos, ansia, tensión, rabia o depresión, se curvan los hombros, el cuello se endurece, la respiración se vuelve corta, la cara aparece ceñuda. Se trata entonces de recuperar la simetría y el equilibrio natural gracias a movimientos que respetan las leyes naturales del cuerpo, nunca excesivos ni forzados y que permitan entrar en contacto con cada uno de los nudos musculares.
SOLO NOSOTROS, EL MUNDO FUERA
La anti gimnasia también actúa a nivel interno, porque te hace dueño de ti mismo, del propio movimiento y de la respiración fisiológica: como consecuencia, se aprende a afrontar la vida con mayor plenitud, encontramos un porte digno que hace sentirse más bello y se barre el cansancio mental. Advertir el cuerpo como un instrumento potente en las propias manos, de vivir y utilizar en modo fluido, natural y sin artificios, no puede más que reforzar la autoestima y tomar conciencia de los recursos personales disponibles, casi ilimitados.
LA PERFECCIÓN NO EXISTE- EL PROPÓSITO ES ENCONTRAR OTRA VEZ EL PROPIO CUERPO
El propósito de la anti gimnasia no es mejorar gradualmente la ejecución de un movimiento hasta hacerlo perfecto, sino restablecer la conexión entre el cerebro y las zonas individuales del cuerpo, sobre todo aquellas que utilizamos poco. Por lo tanto, cada uno debe seguir los movimientos propuestos al propio ritmo, sin enfadarse nunca por no “hacerlo bien”. Al inicio, algunos músculos podrían comportarse como extraños y no responder a las órdenes, que son más bien solicitudes: en esta fase, es más interesante “equivocarse “ que entrar en competición con el resto del grupo, porque es necesario descubrir lo que el cuerpo ha olvidado en el tiempo, no puede hacer todavía o no se atreve a hacerlo. Todos los movimientos son sencillos, por ejemplo, se intenta girar las rodillas hacia afuera sin doblarlas con los pies unidos, de los talones a los dedos de los pies. Para guiar los movimientos están las palabras del experto, que acompañan el desarrollo de la clase.
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