La rigidez articular por la mañana debería convertirse en el primer síntoma de alarma. En España más de 200.000 personas padecen artritis reumatoide y se levantan cada mañana con dolores y rigidez en las partes afectadas, unos 20 millones en el mundo. Los que la sufren "viven a dos velocidades". A pesar de ser una de las enfermedades autoinmunes más extendidas (8 veces, por ejemplo, más frecuente que la esclerosis múltiple), es una enfermedad crónica que, y aunque es altamente incapacitante, a menudo se confunde con otras enfermedades. Las llamadas "señales rojas" que los expertos han identificado para un diagnóstico temprano son tres: inflamación de las articulaciones, dolor en las muñecas y en las pequeñas articulaciones de las manos y los pies y rigidez al despertar durante más de 30 minutos.
EL DIAGNÓSTICO
Se establece que el diagnóstico y el tratamiento temprano de la artritis reumatoide son condiciones esenciales para inducir a la remisión, prevenir la discapacidad permanente y reducir la mortalidad cardiovascular. Un retraso de unos pocos meses en el inicio del tratamiento puede tener un impacto grave en la calidad de vida. Los estudios clínicos han
demostrado que en los pacientes tratados precozmente hay una reducción significativa en la progresión de los signos radiográficos y que en más del 50% de los casos se puede lograr una remisión de la enfermedad. Desafortunadamente, no hay exámenes que permitan excluir con certeza una artritis reumatoide inicial; por esta razón, una visita reumatológica precisa es esencial para determinar el diagnóstico. Los síntomas que deben hacer que el paciente acuda al médico de familia para un examen reumatológico posterior son esencialmente dos: dolor especialmente por la noche en las articulaciones de las manos o los pies; rigidez articular por la mañana, al levantarse, que dure más de media hora y que evite las actividades normales como lavarse, subir las persianas o vestirse.
LA GESTIÓN DE LA ENFERMEDAD
En el tratamiento de la artritis reumatoide, es imprescindible una adecuada terapia farmacológica. Una vez que se haya establecido el tratamiento, el paciente debe ser seguido regularmente para evaluar la eficacia y la tolerabilidad de los medicamentos. Cada paciente debe ser examinado cada 3 meses para optimizar el logro del objetivo terapéutico
tener el tono muscular, preservar la movilidad articular y reducir el dolor. . Un programa de rehabilitación acordado con el reumatólogo y el fisioterapeuta es un componente esencial en el tratamiento de la artritis reumatoide: de hecho, puede prevenir o limitar los daños funcionales.
LA ALIMENTACIÓN
En la gestión de la enfermedad es importante seguir algunas reglas generales también para una dieta correcta y equilibrada, que ayude a mantener un peso corporal de remisión o de una bajada en la actividad de la enfermedad. Si la terapia no es suficiente para extinguir la enfermedad o no es tolerada, el tratamiento deberá modificarse hasta que se encuentre aquel eficaz y tolerado, que luego continuará en el tiempo.
EL EJERCICIO FÍSICO
Un correcto y continuo ejercicio físico (como la cinesiterapia activa y pasiva sin superar el umbral del dolor, la natación, la gimnasia pasiva relajante en agua, la gimnasia postural) es útil para manadecuado, fundamental para no sobrecargar las articulaciones y favorecer una buena función cardio-circulatoria.
TEMPERATURA Y CLIMA
Los pacientes con artritis reumatoide activa deben evitar la exposición directa a los rayos del sol y a otras fuentes de calor (debido a que la inflamación de las articulaciones podría empeorar y podría favorecer la aparición de reacciones cutáneas relacionadas
con los medicamentos).
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